Hierro
¿Quién está en riesgo?
El 12% de niños entre 6 y 11 meses de edad no reciben la cantidad adecuada de hierro. De los 4 a los 6 meses, tu bebé ha disminuido la oferta de los depósitos de hierro acumulados durante su estancia en el útero y la leche materna no aporta lo suficiente para reponerlos.
Es por eso que, a pesar del hecho de que el hierro en la leche materna se absorbe más fácilmente que la de fórmula fortificada con hierro, las deficiencias comienzan a aparecer en los bebés alimentados con leche materna alrededor de los 6 meses. Los niños menores de 5 años que beben más de 32 onzas de leche de vaca, de cabra o de soya al día, también tienen un alto riesgo de deficiencia de hierro, ya que el exceso de leche puede disminuir su apetito hacia los alimentos ricos en hierro.
¿Por qué es importante?
Los bebés y los niños pequeños necesitan una gran cantidad de hierro para impulsar su rápido crecimiento. Es esencial para la función saludable de las células y de transporte de oxígeno desde los pulmones hasta el cerebro y en todo el cuerpo. Numerosos estudios han encontrado una relación directa entre la falta de hierro y deficiencias en el desarrollo mental y motriz. Sin embargo, el exceso de hierro puede ser perjudicial, así que asegúrate de consultar a su pediatra antes de iniciar a tu bebé en algún suplemento.
¿Qué se puede hacer?
La fórmula fortificada con hierro puede ayudar a proporcionar la cantidad adecuada. Para los niños que comen alimentos sólidos, la vitamina C ayuda al cuerpo a absorberlo. Por lo tanto, además de la carne rica en hierro, cereales fortificados y las verduras de color verde oscuro, ofrécele alimentos ricos en vitamina C, como el melón, fresas/frutilla, tomates y naranjas. Los dos últimos pueden causar una erupción cutánea localizada cuando se ofrece primero debido a su acidez, solo sírvelos junto con otros alimentos para minimizar la posibilidad de reacción.
Potasio
¿Quién está en riesgo?
En la vida temprana, los bebés absorben el potasio de la leche materna, pero para el primer año a menudo no están recibiendo suficiente, debido a que sus dietas no incluyen suficientes fuentes de vegetales saludables.
¿Por qué es importante?
Este mineral es esencial ya que permite el funcionamiento adecuado de las células en todo el cuerpo. Desempeña un papel en la mensajería neuronal, la función muscular (en particular en el corazón) y en el mantenimiento de los vasos sanguíneos.
¿Qué se puede hacer?
Sirva más frutas y verduras, incluyendo verduras de hoja verde y hortalizas de raíz. Puede requerir creatividad para incorporar el potasio en los platos, pruebe añadir el calabacín para muffins/panqué y hornear patatas de asado, la remolacha/betabel o la col rizada en rodajas.
Grasa saturada
¿Quién está en riesgo?
Para la mayoría de los niños, la grasa no tiene por qué ser restringida durante los primeros dos años de vida, pero después de 2 años de edad, el niño debe recibir no más del 30% de sus calorías de la grasa. Un estudio realizado muestra que 3/4 partes de los niños en edad preescolar consumen demasiada grasa saturada; sin embargo, la mitad de ella procede de leche entera.
¿Por qué es importante?
Los bebés y los niños pequeños necesitan grasas saludables para apoyar el desarrollo del cerebro, reforzar el sistema inmunológico y procesar las vitaminas solubles en grasa. Pero la grasa saturada contiene cantidades más altas de colesterol malo y aumenta el riesgo de enfermedades del corazón, la obesidad y otros problemas de salud.
¿Qué se puede hacer?
Cambiar a leche baja en grasa, queso bajo en grasa y otros productos o lácteos bajos en grasa, tan pronto como el médico de tu hijo te diga que está bien hacerlo. Otras opciones de grasas saludables también incluyen el aguacate/palta, el pescado y los alimentos hechos con aceite de oliva, cártamo o canola.
Sodio
¿Quién está en riesgo?
Los investigadores encontraron que el 45% de los niños de 12 a 23 meses de edad y el 78% de 2 a 4 años superan la ingesta recomendada de sodio en sus dietas.
¿Por qué es importante?
El sodio es esencial para mantener el balance de agua en el cuerpo, la regulación de volumen de sangre, la garantía adecuada de las células y la función del tejido. Pero si se consume en exceso, puede conducir a la hipertensión arterial, elevar el riesgo de enfermedad cardiaca o accidentes cerebrovasculares.
¿Qué se puede hacer?
Lea las etiquetas para el contenido de sodio. En 2013, los Centros para el Control de Enfermedades evaluaron más de 1,000 productos alimenticios para bebés y niños pequeños, incluyendo barras de cereales y galletas; encontraron que más del 75% contenía demasiado sodio. Sirva menos alimentos procesados ya que son altos en sodio. Evite el tocino/panceta y las salchichas.
Consulta a tu médico.