A estas alturas probablemente logrando hacer más cómoda la alimentación de tu bebé. Sin embargo todavía podrías escuchar las opiniones contradictorias de familiares y amigos acerca de la mejor manera de hacerlo. He aquí algunos puntos clave que los expertos en nutrición infantil quieren que los nuevos padres sepan.
Proporcionar una buena nutrición realmente hace una diferencia en el desarrollo de tu bebé. Existen nutrientes específicos que alimentan el crecimiento adecuado de tu bebé desde los músculos y los huesos, hasta la capacidad intelectual, la visión, la circulación sanguínea, la función inmune y mucho más.
Tu bebé come más a medida que se hace más grande. En una alimentación normal a los 2 meses de edad, toma de 4 a 5 onzas de leche materna o de fórmula. A los 4 meses de edad, lleva 5 o 6 onzas para un total diario de 25 a 30 gramos de leche materna. Ésta puede satisfacer la mayoría de sus necesidades nutricionales durante los primeros seis meses, las excepciones son el hierro y la vitamina D.
El cereal no es una solución mágica. No agregues cereales a la fórmula con la esperanza de ayudar a tu bebé a crecer más rápido, para dormir mejor o porque simplemente parece que está listo. No hay ninguna evidencia que alguno de estos mitos sea verdad. De hecho, hasta que cumplen 6 meses, los bebés no tienen las bacterias intestinales necesarias para procesar bien los alimentos sólidos.
Es importante hablar con tu médico si estás preocupada porque tu bebé no esté recibiendo la nutrición adecuada. Si tus medidas de alimentación son suficientes para su nutrición, el pediatra podrá realizar un seguimiento en las áreas cognitivas, motoras, de comunicación y los objetivos sociales para asegurarse que tu bebé está recibiendo una nutrición de calidad.
Tu bebé no necesita leche de vaca todavía. Seguir con la lactancia materna, de fórmula o la combinación de ambas es lo más recomendado, ya que tu bebé necesita la mejor entrega de nutrientes.
Consulta a tu médico.